viernes, 9 de agosto de 2013

Capítulo 40- Bes(arte)


Comenzamos a caminar desde la heladería hasta casa. Eran las ocho de la noche, e íbamos para casa. Junto con el helado llevábamos una película. No sabía cuál era, la había elegido Justin. En realidad, la cosa fue que nos dividimos las tareas. Yo buscaba el helado, él la película. Creo que fue el único momento en el que nos separamos. Llegamos a casa y cenamos junto a mamá, quien, cabe decir, se había puesto extrictamente en contra de nuestras demostraciones de amor (besos).
Una vez que terminamos, con Justin fuimos al sillón de la sala y pusimos la película, con el helado preparado. A mamá tampoco le agradó lo del helado en el sillón. En fin.
La película que Justin había traído era "El diario de Noah". Aproveché una de las escenas románticas, y además, que ya habíamos terminado el helado, para besarlo dulcemente. Pude sentir su sonrisa entre mis labios. La mejor parte era que tenía sabor a vainilla.
Justin se separó de mí y comenzó a depositar besos en mi mejilla, bajando a mi cuello. Yo sólo sonreía, y evitaba las cosquillas. Se escuchó su risa oculta por sus labios entre mi piel, y luego cómo mamá se aclaraba la garganta al pasar hasta la cocina. Justin se separó de mí y me miró apenado, volviendo a ver la película distraídamente. Me acurruqué en su brazo y entrelazé mis dedos con los suyos, haciéndole saber que todo estaba bien.
La verdad, no estaba prestándole mucha atención a la película. Tenía ganas de estar con mi novio, de acariciarlo, besarlo, demostrarle quién podía ser. De alguna forma, estaba convencida de que Justin pensaba que yo sería virgen hasta los treinta.
Una vez que mamá regresó a su cuarto, lo miré acechante desde mi lugar. Él me miraba de vez en cuando y sonreía, pero luego volvía a la película. Tenía la sensación de que no volvería a besarme esa noche por miedo a que mamá aparezca. Me acerqué más a él y apoyé mi cabeza en su hombro, a los segundos ya tenía su brazo rodeándome. Su mano llegó a mi hombro y comenzó a tirar suavemente de unos mechones de mi pelo. Lo abracé dejando mi mano en el medio de su estómago, y escuché como suavemente sonrió y rió.
-¡Jessica! -escuché la voz de mamá. Deslicé mi mano del cuerpo de Justin antes que ella terminara de llegar a la sala.
-¿Qué? -volteé la cabeza hasta que estuvo en frente nuestro.
-Voy a salir con Mayra, por favor, no se acuesten tarde y no hagan nada raro -miró a Justin seriamente, y luego a mí
-Bueno -dije. Ella nos dio un beso y se fue luego de unos minutos. Observé a Justin, no lo había visto así nunca, estaba algo... no sé. Estaba como triste.-. ¿Qué te pasa? -volteé su rostro con mi mano en su mentón, y lo miré a los ojos. Él sonrió.
-Nada, es que... ¿por qué ahora le caigo mal a tu mamá?
-Debe ser porque... bueno, no creo que quiera dejarme sola con un novio así de sexy -quise hacerlo sonreír, pero fue más una sonrisa por compromiso-. No te preocupes, Jus, sólo no quiere que... ya sabes -sonreí dulcemente
-Te amo -presionó sus labios contra los míos. Cuando se separó, lo miré a los ojos y lo acerqué nuevamente. Lo besé con más pasión, y desde su rostro bajé la mano por su brazo y llegué a su cintura, hasta dejarla en el borde de su pantalón. Sentí cómo rió.
-¿Puedo ir arriba tuyo? -pregunté sin más. Él levantó una ceja y se sentó derecho, palmeando su regazo. Sonreí y me senté suavemente, abriendo las piernas para dejarlas a cada lado suyo. Me había agarrado un poco de vergüenza, está bien que era mi novio, pero me miraba como sorprendido de mis actitudes y ahora me estaba arrepintiendo un poco. De todas formas, ¿Qué tiene de malo? Es mi novio, no cualquiera.
Tomé su rostro y lo besé nuevamente. Sentí sus manos en mis caderas, y de pronto hizo acercarme más a él. Eché mis manos un poco más atrás y acaricié su nuca. Me separé de él, y comencé a bajar hasta su cuello, para besarlo lo mejor que pude. No sabía cómo besar en el cuello, pero en fin, hay una primera vez para todo. Sus manos me acercaron más a su cuerpo, y pensé que le estaba gustando, pero luego de unos segundos se rió.
-No es así, linda -me separé
-¿Qué? -pregunté suavemente. Sabía a qué se refería, pero estaba totalmente avergonzada, lo había hecho mal.
-Es así, mirá -subió las manos a mi espalda, y me acercó, puesto que me había alejado para hablarle.
Comenzó a besar lentamente mi cuello, de una forma que... ah, me mataba.
-Bien, ya, ya lo tengo -lo alejé de mí, antes de que mis órganos exploten por dentro. Se sentía demasiado bien, definitivamente, él sabía de esto.
Besé lentamente su cuello, haciendo mi mejor esfuerzo posible. La verdad es que no había aprendido mucho, porque estaba más concentrada en la hermosa sensación que rozaba mi piel. Traté de ponerle más empeño. Una mano la dejé en su mandíbula, y la otra comencé a bajarla por su abdomen, dejándola apoyada en su muslo, justo al lado de... ya saben. Pero sin tocarlo.
-Mmm... -sentí de su parte. También sentí algo incómodo abajo mío, creo que saben a qué me refiero. Al fin lo había logrado- Nena... ¿segura que querés hacerlo ahora?
-¿Hacer qué? -pregunté inocente. Me separé de él y comencé a tocar su abdomen y el borde de su pantalón con ambas manos. Lo miré a los ojos.
-No juegues conmigo -dijo con una sonrisa de lado
-No estoy jugando... -metí la punta del dedo índice dentro de su pantalón, y comencé a bordear todo el contorno, jugando con él, amagando entre sacárselo o no. Volví a mirarlo acechante, y lo noté mordiéndose el labio. Me moví sobre él, y al instante cerró los ojos con fuerza y se sintió cada vez más duro abajo mío. Su mirada estaba distinta, encendida, pero creo que sabía lo que estaba haciendo.
-Te voy a devolver todo esto que estás haciendo... -susurró. Me tomó por la cintura con ambas manos y me recostó en el sillón, quedando arriba mío. Con sus manos comenzó a levantar mi remera dejando a la vista mi vientre, y empezó a besarlo lentamente, hasta llegar al borde de mi short. Sentí cómo una ola de calor recorría mi cuerpo y quería desprenderme de la ropa lo antes posible.
Justin subió hasta mis labios y los besó apasionadamente, a la vez que sus manos recorrían mi espalda. Desprendió mi corpiño aún besándome, tomándome por sorpresa y haciendo que mi espalda se arquee. Sonrió por un segundo entre mis labios. Una de sus manos pasó por debajo de mi corpiño, y masajeó mi piel suavemente. Soltó mis labios y dejó escapar un leve gemido de ellos. Pasó el dedo sobre mi pezón, y lentamente, comenzó a levantar mi remera, permitiéndome que lo parase a tiempo, pero no lo hice. Pasó ahora la lengua por él, y luego lo apretó entre sus labios, y no pude evitar suspirar cada vez más fuerte. Enredé mis dedos entre su pelo, sintiendo su mano bajar por mi abdomen. Pero ahí terminó, volvió a poner el corpiño en su lugar y se levantó, dejándome con ansias de más.
-¿Qué...? -pronuncié. Lo observé, sonriendo triunfador. Me abroché el corpiño, puesto que él sólo había tapado lo que había descubierto.
-Te dije que me vengaría -rió inocente.
-Pero... pero, pero, eso fue peor. Yo no te... bueno... Creí que íbamos a llegar a... más.
Él rió dulcemente y me abrazó por los hombros.
-¿Es tu primera vez? -asentí- Entonces no debería ser por calentura, sino por amor. No cometas esos errores de los que no podés arrepentirte.
-¿Por qué me arrepentiría?
-Primera vez hay una sola, chiquita -acarició mi mentón
-Entonces, ¿por qué hiciste todo eso, si no iba a pasar nada?
-Para que sientas lo que yo sentí -sonrió nuevamente, triunfador, de lado. Le pegué en el hombro con el dorso de mi mano.
-Perdón -susurré luego de unos segundos. Él besó mi frente.
-Está bien, pero te gustó, ¿eh? ¿Qué se sintió tocar esto? -arrastró la mano por su abdomen, burlándose.
-No me hagas hacerlo otra vez -sonreí y le pegué nuevamente. Me miró levantando una ceja.
-No me molestaría que lo hicieses.
-Entonces no lo hago -ambos reímos-. Pero se sintió raro... ya sabes
-¿Qué? -preguntó. Recosté la cabeza en su hombro. La película aún seguía en pie; nos habíamos olvidado completamente de ella.
-Sentir... eso -él rió y sentí aire caliente rozando mi oído-. ¿Puedo tocarlo? -pregunté nerviosa. No sabía si quería hacerlo, sólo probaba.
-No -sonrió.-. Quiero, pero no te voy a dejar. Además, con lo finoli que sos, seguro te va a dar "asquito" -rió.
-No soy finoli -le burlé, quejándome.
-Si, sos. Pero así me gustás -me dio un beso en los labios.
Nos quedamos en silencio un poco.
¿En qué había estado pensando? Sí, la primera vez era importante. Pero, tampoco es que lo fuera a hacer con un amigo o alguien desconocido. Es mi novio, ¿o no? Se supone que está bien... No creo que Justin sea de los que cree o practica el sexo sólo con la persona con la que se va a casar... No, él no es de esos.
-¿Por qué no querías que lo hicéramos?
-Mirá... -se acomodó, y tomó aire algo incómodo, como sabiendo que este momento llegaría.- Con mi ex novia... tuve mi primera vez, aunque no la consideré la primera. Ella sólo quería sacarse esa presión de encima, pero como para mí la primera vez significa amar a una persona y entregarle hasta tu cuerpo... siempre quise hacerlo con mi primer amor. Yo la amaba a ella, realmente, y aunque ella sólo me "quería mucho", me convenció de lo contrario y lo hicimos... -explicó con algo de tristeza. Acaricié su cabello, y lo miré suave- La perdoné después de eso, pero en fin... después pasó lo que pasó, con su amiga y eso, lo que ya te conté.
-Por eso dijiste que seguías siendo virgen -asintió.
-Entonces... no querés hacerlo conmigo porque... no me amás.
...

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