viernes, 9 de agosto de 2013

Capítulo 19- A probar nuevos horizontes.


-Si no tengo un 'te quiero' de respuesta, no me voy a arriesgar a no tener un 'me gustas'
-¿Y qué pasa si yo sí quiero dártelo?
Sonreí y miré hacia abajo mordiéndome el labio. Eso le encataba a los chicos, ¿verdad? ¿Entonces por qué el rostro de Justin no fue como yo esperaba?
Su rostro reflejaba culpa, arrepentimiento, pero aún no entendía por qué.
-Yo... -tomó aire- tengo que confesar algo
-¿Qué? -pregunté suave
-Todo esto... -cerró los ojos
Analicemos: cuando uno cierra los ojos con pesadez, y está a punto de anunciar algo, generalmente quiere decir que no quiere ver la reacción luego de decirlo. Pero esto no es siempre. ¿Es en este caso? Lo más probable es que sí.
-...no es verdad. Lo que acabo de decir y... todo lo que pasó estas semanas fue para... para grabarlo y dejarte mal ante todos
-¿Qué? -mi voz se cortaba
-Sí, fue...
-¿Una apuesta?
Él asintió. Ni siquiera me miraba a los ojos. ¡Era increíble! Cómo alguien podía ser tan cruel.
Las lágrimas comenzaron a salir lentamente. Él levantó su mirada a mi rostro, y pude ver que quiso secarlas, pero en su lugar su mano fue a mi cintura.
-Cuando sonreíste... así, me recordaste a Sofía -suspiró
Yo no podía ni hablar de lo sorprendida que estaba. ¿Esto era una broma?
-Sé que probablemente no quieras hablarme más después de esto. Incluso entiendo si querés pegarme o... violarme o lo que sea
-No... puedo creerlo -murmuré
-Si... em... esta es la grabación -sacó un pequeño aparato de su bolsillo y me lo extendió-. No voy a publicarla ni nada, por eso te la doy

La tomé, sin dejar de mirarlo a los ojos, y la arrojé fuertemente contra el piso, mirando su mueca al verme hacerlo.

Sequé mis lágrimas y me fui de ahí. Era increíble lo mal que podía llegar a hacerme ese chico. Y yo que comenzaba a creer que podía llegar a haber algo entre nosotros. ¿Cómo pude? Y él, ¿cómo pudo usarme de esa forma? Ahora entiendo su sonrisa burlona cada vez que yo lo besaba intensionalmente. Y pensar que yo, cada vez que confío en un chico, doy todo lo que puedo de mí. ¿Así es como responden? Aunque evidentemente Justin es un caso perdido. Es claro que jamás estaría con alguna chica por mucho tiempo o en una relación seria.

Había un sólo chico en el colegio, que me parecía confiable. Se llamaba Liam. Liam iba un año más que yo, y nunca había hablado con él en persona. Aunque parecía un buen chico. Era respetuoso con los adultos, eso estaba claro y comprobado por mí misma. No era de esos que hacían bromas pesadas a los más chicos. Era divertido. Era gracioso. Me hacía sonrojar cada vez que decía algo gracioso cerca mío. No podía evitar sonreír. Eso era un buen chico. No Justin. Justin era sólo un idiota que nunca va a quererme de verdad, y ya perdió totalmente mi confianza. Es un idiota.

Había llegado a un parque. En frente había una serie de casas, sobre las veredas caminaban unos chicos. ¿Ese era Chris? ¿Y Chaz? ¿Ryan? Bieber. Suspiré y me quedé mirándolos. Se dirigían hacia donde estaba yo. Me senté en un banco de espaldas a ellos, y observé cómo pasaban a mi lado. Sólo que Justin y Chris no estaban. Ryan y Chaz comenzaron a ver unas cosas sobre el suelo del parque. ¿Qué hacían? La gente se amontonaba, y luego aparecieron Chris y Justin con unas cosas. ¿Batería? ¿Un bajo? ¿Un teclado? Sólo hay una explicación, pensé, luego de ver el micrófono. Tienen una banda.

-Esta canción -comenzó a hablar Justin- se llama Heartbreaker. Espero que les guste -dedicó una vaga sonrisa al público, y los chicos comenzaron a tocar. Sólo presté atención al coro de la canción. Era algo como...

'Cuz a heartbreaker starts with a broken heart,
and I'm broken girl, run, just run
Don't try to fix me, run away
Don't waste your time on me

La canción era rápida, y de alguna manera... me sentía identificada. ¿Sería para mí? ¿Sería una advertencia? Lo único que sabía, era que no volvería a meterme con él nunca. Porque... ¿para qué? ¿Para salir lastimada? No, gracias.

El lunes, ya estaba en el colegio. Tendría entrenamiento en una hora, y tenía que esperar como una hora porque todos estaban en clase, incluyendo el resto de mi equipo, ya que iban a la otra división. Así que, otro día de una hora para esperar. Teóricamente es la hora del almuerzo, pero no tenía hambre y en el comedor están los de cuarto año, no voy a ir sola como una forever alone total.
Lo peor, fue que me puse a pensar en todo lo de Justin, y me puse mal. Algunas lágrimas salieron de mis ojos, no lo pude evitar ni teía ganas.
Sentada contra la pared de ladrillo, eché la cabeza hacia atrás sin siquiera preocuparme por la humedad de mi rostro. Las lágrimas seguían cayendo, y yo sólo las ignoraba.
Unos pasos me distrajeron. Era el ruido que se hacía al pasar por el piso hacia el comedor. ¿Quién sería? Escuché que disminuían, por lo que supuse que esa persona doblaría hacia la escalera sin percatarse de mí.
Pero no fue así.
Y cuando ví quién era, casi me desmayo: nada más ni nada menos que Liam, el chico del que hablé anteriormente. Voy a describirlo un poco antes de comenzar con la parte interesante.
Ojos verde claro, cabello castaño tirando a rubio y liso, corto. De vez en cuando se pasaba la mano y lo despeinaba un poco; pequeño detalle que me volvía loca de los chicos. Era alto y delgado, y tenía aspecto de una muy buena persona.
Caminó mirando hacia el frente sin notar mi presencia hasta que sorpresivamente... me miró. Fue sólo para ver quién estaba ahí (es decir yo) pero al verme así, supongo, se acercó a mí algo confundido.
-¿Estás bien?
¡Ya lo tenía a mi lado! Y estaba tan bueno que necesitaría un balde para la baba porque... tendrían que limpiar un charco en cualquier momento.
-Sí, sí, todo bien
-Ah -asintió con la cabeza-. ¿Y por qué llorás? -levantó una ceja
-Nada importante
-¿Un chico? -adivinó
Sonreí al ver que él lo hacía. Había usado brackets y su sonrisa ahora había quedado fantásticamente irresistible.
-Sí... -suspiré. Sequé un poco mi rostro que ahora estaba pegajoso.
-Justin, ¿no? 
Me quedé mirándolo sorprendida.
-¿Me estás espiando?
¡SU RISA! Por Dios, su risa era perfecta. Casi agonizo en ese instante.
-No, pero los rumores corren rápido. Y parece que era verdad -levantó las cejas pícaro
-Sí, supuestamente -sonreí sin ánimos, y miré hacia otro lado. Aún no entendía como Jusitn había podido ser así. Yo confiaba en él.
Una mano se apoyó sobre mi hombro.
...

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