Él no respondió, hizo como si nada.
-Justin, te dije que si...
Observé cómo se levantaba de la mesa y se iba. ¿Qué le pasa? Pf, que muera si piensa que voy a perseguirlo.
Tomé la sal por mi cuenta y condimenté el tomate de mi plato. Lo llevé a la mesa que estaba frente al televisor y busqué una película. Estaban pasando una de esas que me gustan, del FBI y todas esas cosas.
Estuve como una hora viéndola, ya había terminado de comer. En eso, recibí una llamada de Liam.
-Hola -atendí feliz
-Hola, Jess. ¿Todo bien?
-Sí... medio aburrida -dije recostándome con una sonrisa en el sillón
-¿Qué hacés?
-Veo una película. ¿Querés venir a casa?
-No creo que sea lo correcto, pillina -bromeó, y yo reí
-Mi mamá no está, además le caés bien
-¿Tu mamá no está? ¿Ya querés hacer cosas sucias?
-¡Liam! -exclamé riendo
-No me vengas con Liam que vos sos la que quiere hacer cosas
Reí otra vez.
-Sos muy lindo... -dije en un susurro
-¿Qué? -dijo él al otro lado
-¿Qué? -lo seguí
-Hey, no empieces con eso, no te escuché
-Es que no sé de qué hablás -sonreí maliciosa
-Oh, ¡Jess! -se quejó
-¿Qué?
-No tenés remedio -reí
-Decí que soy linda -dije jugando con el borde de mi sueter
-Sos hermosa -me mordí el labio
-Vos también...
Se escuchó esa suave risa que hace cuando hay un silencio, y me hizo sonreír.
-¿No podés venir?
-Perdón, linda. Es que ya es tarde y no me dejan, mañana tengo que ayudar a una amiga con economía
-¿Una amiga?
-Sí, celosa. Una amiga. Entró este año y no entiende nada
-Que se joda... -murmuré
-¡Jess! -rió
-¿Eh?
Él volvió a reír. Siempre le hacía lo mismo para molestarlo, decía algo que él no escuchaba y después me hacía la tonta. La cosa es que en vez de enojarse, se reía.
-Pero otro día salimos, ¿sí? -propuso
-Está bien... -sonreí
-Bueno...
-Chau -reí
-Un beso, nos vemos
-Sí...
Eché la cabeza hacia atrás sonriendo. Me tenía loca. Se veía que era un chico sincero Estábamos en algo que yo llamaría... algo. No éramos novios, y no nos habíamos vuelto a besar desde la fiesta.
Cuando me paré para ir hacia mi cuarto, Justin estaba ahí, apoyado contra la pared, mirándome con una expresión que nunca había visto. Me paré mirándolo y él, luego de unos segundos, se incorporó y me dejó pasar.
Luego de lavarme los dientes, recibí un mensaje de mamá. 'Hay un embotellamiento en la calle. ¿Qué hacen?' 'Dormir' -le mandé
Justin ya estaba acostado en la cama, cómodamente con los brazos en su nuca, y mirando al techo. Al verme, se acomodó contra la pared y dejó que me acueste. Una vez que apagué la luz, tímidamente me abrazó por la cintura produciendo ese escalofrío en mi cuerpo que hace rato no sentía de su parte.
Lo miré y él apoyó su cabeza en mi cuello. Cerré los ojos disfrutando su perfume.
-Justin...
-Quiero que estemos bien, Jess. Por favor -rozó su nariz en mi cuello tiernamente. Yo sonreí
-No me abraces tanto -dije en tono suave. No quería hacerlo sentir mal, pero me sentía una puta
-Perdón... -susurró
Me di vuelta y quedé en frente suyo.
-¿Estás con Liam? -preguntó
Negué con la cabeza.
-Pero te gustaría estar -afirmó
Sonreí.
-¿Qué tiene él que no tenga yo? -reí suavemente
-Es tierno, caballero... tiene una beca
Él volteó los ojos, y nos quedamos en silencio.
-¿Puedo besarte?
-Y no es tan directo, ni mujeriego, ni chamuyero -seguí
-Es que tus labios me matan... -susurró
-Ahí está lo de directo
Él suspiró.
-¿Ni siquiera un beso corto?
-No -respondí
-Está bien -se rindió
-Y ahí está lo de tierno -sonreí
-¿En serio?
Asentí.
-Ahora quiero dormir
Ya para el lunes las cosas estaban raras: Justin estaba tierno conmigo, no era el de antes. Incluso lo encontré mirándome detalladamente y cuando yo lo miré sonrió. Al menos no era tímido, no me gustaban los chicos así.
Y Liam, estaba más lindo que nunca. Ayer había llamado para invitarme al cine pero mamá no me dejó, dijo que tenía que acompañarla a Pattie y a ella a una feria fuera de la ciudad, a averigüar algunos horarios. Y lo peor fue que Justin no estuvo, así que me quedé sola y aburrida para volver cansada y llena de tierra.
Estaba en el salón de matemática, esperando que el profesor llegue. En realidad, el timbre del recreo todavía no sonaba, pero sólo faltaban unos minutos para eso.
Escuché unos pasos, pero no me di vuelta porque estaba concentrada en mi celular, mandándole un mensaje a Paula preguntándole por qué no había venido.
En eso, me dan vuelta y antes de que me dé cuenta, alguién me besa. La única razón por la que no me separé, fue porque esa persona tenía algo que... además de besar genial, te hacía tener ganas de más. Supuse que era Liam, pero él no besaba así. Y ese perfume era parecido al de...
-Justin -dije separándome
Y, efectivamente.
-¿Qué hacés? -dije confundida
-Perdón -sonrió de lado
-Entiendo que te hayas confundido pero...
Miré atrás mío. ¡No! Había olvidado que Liam tenía clases en el salón de al lado. Y lo peor, estaba apoyado en la pared, mirándome sin expresión. Cuando nuestras miradas se encontraron dejó de mirarme.
-No me confundí -dijo Justin
-¿Qué? -lo miré incrédula
-Ya sabía que eras vos -dijo, con las manos en sus bolsillos. Se recostó contra la pared
Estaba entre decirle que deje de provocarme o pegarle una cachetada.
-¿Y entonces?
-Lo hice porque necesitaba tus besos
Suspiré y tapé mi rostro con frustración.
-¡Pero Liam estaba mirando! -dije algo molesta
-Creí que no eran nada -se incorporó, y se paró más derecho
-No, pero no hace falta recordárselo -me quejé
Volví a mirar hacia él y me debatí entre ir hacia él y pedirle disculpas en frente de sus compañeros, o hablar luego con él. O ¿no tenía que decirle nada? Porque él no se molestó mucho que digamos...
Así que esa fue la razón por la que el resto del día no pude prestar atención.
Estábamos en el recreo. Yo hablaba con Lucía mientras caminábamos vagamente por el pasillo, y en eso escucho su voz. Volteé bruscamente antes de pensarlo, y Liam me miró. Me dirigió una leve sonrisa, y siguió hablando con su amigo, que me miró e hizo un gesto con la cabeza en forma de saludo. Le sonreí y volví mi mirada al frente.
Suspiré.
-Voy a hablar con él -dije
-Suerte -me dijo Lucía
-La voy a necesitar... -murmuré
Dejé que ella pasara y cuando Liam pasó a mi lado tomé su brazo. Su piel estaba suave y cálida, como siempre. Él me miró y yo me acerqué, soltando su brazo.
-¿Podemos hablar? -le pregunté, sin pensarlo dos veces
Él miró a su amigo y éste se fue. Entonces Liam se volvió y me miró.
-¿Qué pasa? -preguntó tranquilo
-Liam... nosotros... ¿qué somos?
El corazón me latía muy fuerte. Él me hacía poner nerviosa, no sabía qué pensar cuando me miraba de esa forma.
...
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