viernes, 9 de agosto de 2013
Capítulo 28- Decisiones.
Liam se levantó del pasto y yo hice lo mismo.
-Justin, no es lo que pare... -Justin interrumpió
-¿Lo que parece? Lo que parece es que tenés menos códigos que...
-¿Alguien me explica qué pasa? -pregunté interrumpiendo
-Creí que estabas ocupado -dijo Justin, ignorándome-. Ya veo con qué -agregó asintiendo
-Justin... -él suspiró- hablemos por allá, ¿sí? -dijo Liam
-No, no importa -me miró-. Mamá te manda esto -me lanzó una remera-. Te la olvidaste cuando viniste
Se giró y se fue caminando.
Miré a Liam, y él automáticamente hizo lo mismo.
-Mejor me voy -dijo, tomando su campera
-No, todavía no -lo tomé del brazo-. Quiero que me expliques todo
Él asintió.
-Justin quiere estar con vos, Jess -abrí los ojos
-Sí, para jugar como antes -reí irónicamente, reaccionando
-No... yo creo que le gustás en serio. ¿No viste cómo te mira?
No respondí.
-Deberías darle una oportunidad. Él y yo quedamos en que yo te diría que lo nuestro no puede ser, pero no te dije que era por él. Justin y yo nos habíamos amigado, y él me dijo que le gustabas, así que...
-Códigos -él asintió
-Sabés que si no estaríamos juntos. Pero no puedo, linda -acarició mi mejilla
-Está bien -susurré, y alejé su mano de mi rostro lentamente. Ahora lo único que quería era estar sola, tenía que pensar en muchas cosas, aclarar todo conmigo misma.
-¿Querés que te deje sola? -preguntó, adivinando, como siempre
Asentí.
-Sí, por favor
-Está bien -puso una mano en mi hombro, y me acercó a él. Me dio un beso en la mejilla, pero yo ni siquiera lo miré, tenía la vista fija en el suelo.
-Te quiero... -murmuré cuando por fin lo miré
-Yo más, hermosa -dijo acariciando mi mentón con el pulgar y el índice-. Nos vemos mañana, ¿sí? -asentí. Él deslizó su mano y se fue a paso lento y pesado.
Yo me limité a entrar a mi casa lentamente. No tenía ganas de nada, sólo quería morir. Bueno, si lo pensaba no era TAN grave, pero todo esto me dejaba mal. Justin enojado y yo que no puedo estar con Liam. Es que él es el chico que cumple perfectamente con mis expectativas de un chico, pero Justin tiene ese estúpido algo que me mata completamente. Ni siquiera lo veo y ya me lo comería entero. Tiene esa mirada que te controla y te deja a sus pies; es desafiante, pero seductora a la vez. Además, muero por ver su lado tierno por más de diez segundos.
Creo que, los chicos como él sí son de mi tipo, es decir, son facheros y aparentan ser malos y creídos, pero cuando los conocés son simpáticos, graciosos e incluso tiernos. Pero Justin, ¿tierno?
Tres días después, mi ánimo no estaba mucho mejor, pero estaba con cierta emoción, porque tenía que hacer un trabajo de literatura con Justin. Tenía ganas de juntarme con él, y mirarlo y... bueno. Él ni siquiera sabía lo del trabajo, ya que estuvo faltando estos días sin razón. Que yo sepa no estaba enfermo. Lo raro es que, por más de que viva a mi lado, no pude aveigüar qué le pasaba; le mandé mensajes, lo busqué en su casa y demás, pero de alguna forma lograba ponerme excusas o ignorarme. Incluso llegué a creer que se había tomado en serio lo de Liam, pero él me dijo -después de ese día, que él no tenía que influir en mis historias amorosas. ¡Cómo si no lo hiciera! Porque, de alguna forma... bueno, más bien de todas, terminé con Liam por él y sólo por él.
Mañana teníamos que presentar el trabajo. Concretamente, en veintidos horas. Sí, pero yo tenía un pequeño problema con mi compañero; al parecer la emoción no duró mucho.
Había pasado toda la tarde intentando hablar con Justin: lo llamé, le mandé mensajes, mails, lo busqué en su casa... incluso Pattie fue a revisar su habitación y volvió con un 'no hay caso, linda' en sus labios.
Al final, la que terminó enojada fui yo. Decidí no volver a hablarle. Hice el trabajo sola, lo presenté sola, y sí: lo dejé mal diciendo que no había querido juntarse conmigo. Porque en cierta forma, fue su culpa por no responder nada.
Pero...
-¡Pero yo sí hice el trabajo! -me quejé
-Sí, pero se suponía que era en grupo -dijo el profesor, anotando en su libreta
-Pero si Bieber no quiso hacerlo no es mi problema
-Señorita, la nota está puesta
Puse los ojos en blanco sin que me vea y asentí con la mandíbula apretada. Me dí vuelta con mis cosas para ir hacia el recreo, que ya había empezado.
-Hasta luego -saludó el profesor, esperando una respuesta
-Buenos días -dije, molesta
Abandoné el salón y me uní a las chicas.
-Estúpido viejo sin vida -dije, sin inhibición alguna
-¿Y ese humor? -dijo alguien, que apareció de la nada abrazándome por los hombros. Paula, que estaba a mi lado, sonreía pícara.
-Es por el idiota del profesor -expliqué
-¿Qué hiciste ahora? -preguntó él riendo
-¡Liam! -lo miré- ¡Yo no hice nada! -me defendí- Es culpa de Bieber que no hace lo que tiene que hacer -seguimos caminando
-Sí, sí... -bromeó
-Bobo -le pegué, haciendo que se estampe contra la pared
-Agresiva -dijo él, empujándome sin moverme
-Soy un lindo panda inofensivo -dije
Él rió a carcajadas. Las chicas ya se habían adelantado, al parecer era algo incómodo que yo vaya hablando con el chico más lindo del colegio (a excepción de Justin) y ellas ahí pintadas.
-¿Me ayudás con física? -pregunté
-Sí, ¿tenés prueba? -asentí- ¿Cuándo?
-En dos, tres...
-¿Días?
-Horas -él me miró
-¿En serio? ¿No estudiaste nada?
-Tengo un problema con eso, porque... ¡no entiendo nada!
-¡Jess! -se quejó
-Está bien, le digo a alguien más -jugué
-No, vamos. ¿Ahora tenés almuerzo?
-Ahá
-Genial
-¡Liam! -lo llamé saliendo del salón. Él se acercó
-¿Cómo te f...?
-Gracias, gracias, gracias, gracias -alargué la 's', abrazándolo
Él rió y apoyó las manos a los costados de mi cintura.
-¿Tan rápido las corrigió? -preguntó mirando mi hoja
-Sí, mientras entregábamos -respondí, mirándolo
-¡Te sacaste nueve! -exclamó
-Ah, caíste temprano -bromeé. Él levantó la vista y me sonrió perfectamente, como cuando reía-. Es que tuve el mejor profesor
-De nada -dijo él, devolviéndome la hoja
Yo sonreí, al verlo acomodarse la mochila en un hombro. Él rió.
-¿Qué? -preguntó divertido
-Te quiero -dije abriendo los brazos. Él sonrió y negó con la cabeza. Dejó la mochila en el piso y me abrazó nuevamente. Quise darle un beso en la mejilla, pero él corrió el rostro y bueno... se dió, como dicen los gatos.
...
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